Mujeres de zonas rurales obtienen crédito e impulsan microempresa
En la
comunidad campesina de Puchcas, Ayacucho, Mercedes López Quispe cría
cuyes en su casa. Hoy se ha convertido en dueña de un negocio que le
está dando beneficios. Esto gracias a que aprendió a ahorrar e invertir.
Es que desde el año pasado, ella y otras madres de familia
beneficiarias del programa Juntos participan en el proyecto piloto de
Alfabetización Financiera que impulsa el Ministerio de Agricultura por
medio de AGRO RURAL.
Como en todo proceso
de alfabetización, las mujeres comenzaron por deletrear los términos
básicos, pero esta vez de la bancarización. Y, así, aprendieron lo que
es un fondo de seguros, una superintendencia de banca, los secretos de
la inversión productiva y cómo se calcula la utilidad de un
emprendimiento.
Entre Mercedes y sus amigas, la palabra más
empleada en las conversaciones de las últimas semanas se escribe con
cuatro letras: “¡Uñuy!”, vocablo quechua que al castellano puede
traducirse como “ahorrar” o “guardar”.
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“Juñushcani juijita bancupi wawaicupa estudiuncupa” (“Yo ahorro en el banco para que mis hijos puedan estudiar”) |
Desarrollo inclusivo
Con
apoyo de Care Perú, el proyecto piloto se orienta a informar a las
mujeres de las zonas altoandinas respecto a la importancia de las
microfinanzas como herramienta para el desarrollo rural inclusivo.
Sin
embargo, cuando los promotores llegaron a la comunidad con la idea de
alfabetizar en finanzas, mucha gente dudó y muy pocos creyeron que estas
huantinas podrían acceder al sistema. ¿Acaso alguna vez en su vida
habían pisado siquiera una agencia bancaria?
De a pocos, en
talleres de capacitación y reuniones comunales, las primeras lecciones
para las mujeres de Puchcas se centraron en explicar que el desarrollo
debe mirarse como una escalera de tres peldaños: primero, información;
segundo, ahorro, y, tercero, acceso al crédito para impulsar
emprendimientos personales o familiares.
Mercedes captó el
mensaje y empezó a ahorrar una parte de los doscientos nuevos soles que
recibe cada dos meses como subsidio condicionado del programa Juntos.
En
el pasado, igual que sus vecinas, su madre y sus abuelas, ella escondía
sus moneditas bajo el colchón o en una lata de leche vacía.
Las
cosas comenzaron a cambiar cuando todas conocieron a “Martina Huallpa”,
el peculiar personaje creado para ilustrar las cartillas de
alfabetización financiera. De la mano de esta instructora de sonrisa
amplia y trenzas largas, aprendieron todo lo que necesitaban para
iniciarse como clientes del Banco de la Nación.
Es cierto que
Mercedes recibe los abonos de Juntos en el mismo banco, pero una cosa es
ser beneficiaria de un programa social y otra distinta es ser ahorrista
y cliente y –por si fuera poco– recibir un crédito para impulsar una
empresa.
Para más señales, ella ahora maneja su tarjeta de
débito con propiedad, usa como si nada el cajero automático que le da
instrucciones en quechua y guarda su clave secreta lejos de la
curiosidad de su esposo.
Costo y beneficio
En
diciembre de 2011, pidió un préstamo de mil nuevos soles, con los que
armó un galpón donde ahora cría 110 cuyes. “Antes tenía a todos mis
animalitos juntos, hembras y machos, sueltos. Pero los ingenieros de
Agrorural nos explicaron que lo mejor es separarlos y colocarlos en
galpones. Así hemos mejorado la calidad de mis cuyes”.
“El
costo de producción de cada cuy es ocho soles y el precio de venta es
quince soles; tengo cuatro meses de gracia en los que solo pagaré
intereses, más o menos 25 soles. Después, las cuotas de mi crédito serán
de 200 soles, pero las pagaré con las ganancias de mis cuyes”, refiere
Mercedes, con la seguridad de un asesor de empresas y la firmeza de una
emprendedora nata.
El empoderamiento de la mujer
El empoderamiento de la mujer
“Con
un proyecto de inclusión financiera enfocado en mujeres logramos varios
objetivos. Primero, una mayor atención a ciudadanas en zonas de pobreza
que gracias a la capacitación ahora saben sobre créditos, ahorros e
intereses en el sistema bancario”, explica Milo Stanojevich, director
nacional de Care Perú.
En segundo lugar, ese acceso y esa
participación generan un empoderamiento entre las mujeres. “Y como
sabemos muy bien, las mujeres son un elemento clave en el desarrollo de
sus familias y sus comunidades”.
Se ha comprobado a escala
mundial que cuando un país invierte en generar y reforzar las
capacidades de su población femenina, esa inversión social se
multiplica, porque cada mujer empoderada vela por el bienestar de su
hogar, cuida la educación y la salud de sus hijos y empieza a asumir un
rol más independiente dentro del hogar.
•
222 mil retiros de dinero sin uso de clave se hicieron en las oficinas
del Banco de la Nación (BN), en abril de 2011, en las agencias que
funcionan en las zonas de cobertura del programa Juntos.
•
Al año siguiente, en febrero de 2012, el número de operaciones sin
clave se redujo a 23 mil en estas mismas zonas. Esto quiere decir que
las beneficiarias aprendieron a usar los cajeros automáticos.
• El Banco de la Nación tiene cajeros automáticos que dan instrucciones en quechua y aimara.
Palabra de mujer
"Ahorrar
es guardar un poco de lo que tengo ahora para que mi hijo esté mejor,
yo no quiero que mi hijo sea campesino. A mis amigas les digo que
guarden muy bien su clave del banco. No falta un vivo que te dice: Dame
tu clave, mamita. Pero a nadie tengo que darle ese número, ni a mi
esposo ni a mi hijo. Antes dependíamos completamente de nuestros
esposos, pero ahora ya no. Ahora somos independientes. Cuando pido un
préstamo al banco para mejorar mi negocio de cuyes, tengo que pagar. Si
no, van a decir: Esta es una incumplida, esta es una morosa.”
Elsa Quintero Soto. Comunidad de Espíritu Santo, Huanta-Ayacucho.
Las razones de Agrorural
Julio Villanueva Cárdenas (*)
“Todos
sabemos que en el mundo andino, la mujer es la que conduce el hogar.
Una mujer maneja mejor que un varón las finanzas del hogar. Entonces, si
queremos impulsar una propuesta de inclusión financiera, es natural que
la administradora de la casa se capacite. Por eso nos dirigimos a la
mujer.
Hemos concentrado el piloto de Alfabetización
Financiera en los distritos donde funciona Juntos porque ese programa
tiene una excelente focalización de los beneficiarios y todo un soporte
organizativo.
En las zonas donde impulsamos este piloto
procuramos promover –vía los microcréditos– los emprendimientos cuyos
productos tienen mercado en la zona de aplicación, como la crianza de
cuyes, gallinas, conejos y animales menores.
En Ayacucho,
apoyamos también iniciativas en artesanía, turismo, gastronomía y
proyectos que tienen garantizadas sus opciones de sostenibilidad en el
mediano y el largo plazos.”
(*) Subdirector de Servicios Financieros de Agrorural
CÉSAR CHAMAN cchamna@editoraperu.com.pe
Fuente: Diario Oficial El Peruano
Fecha:09/04/2012
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